Madrid, diciembre 2021.- Las ratas pueden ser portadoras de agentes patógenos como virus, bacterias, protozoos, parásitos internos y externos, entre otros.
Estos microorganismos pueden alojarse en sangre, tejidos, saliva y secreciones, o bien ser eliminados a través de la orina y heces.
Algunos de ellos, al penetrar en el organismo de los seres humanos, pueden ocasionar enfermedades que se consideran zoonóticas, es decir, que pueden transmitirse entre seres humanos.
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Las zoonosis transmitidas por las ratas a los seres humanos pueden contagiarse de forma directa o indirecta. Si la persona tiene contacto directo o inhala algún tipo de secreción de una rata infectada, la transmisión se da de forma directa. Pero también puede ocurrir que los fluidos o las deposiciones de los roedores contaminen la comida, el agua, la tierra u otro tipo de materia vegetal u orgánica, caracterizando una transmisión indirecta. Además, otro tipo de contagio indirecto ocurre cuando algún insecto o ectoparásito pica una rata infectada y, luego, transmite a través de su saliva los agentes patógenos a las personas por sus mordeduras.
A continuación, veremos con más detalles los síntomas, formas de contagio y algunos consejos para prevenir las siguientes 10 enfermedades que las ratas transmiten a los humanos de forma directa o indirecta:
La leptospirosis es una zoonosis de potencial epidémico causada por una bacteria llamada Leptospira interrogans, que puede afectar a los seres humanos y a muchos otros animales. La mayoría de los casos en humanos se presentan de forma leve, con síntomas como fiebre, dolor de cabeza mialgia, mal estar generalizado y conjuntivitis. Pero en casos más graves, la leptospirosis puede conllevar a los siguientes cuadros clínicos:
• Enfermedad de Weil
• Meningitis
• Hemorragia pulmonar
El tratamiento de la leptospirosis suele basarse en la administración de antibióticos específicos para combatir la bacteria Leptospira, pero puede variar significativamente según la sintomatología y el avance de cada caso. Por ello, es esencial acudir rápidamente a la clínica u hospital al percibir cualquier síntoma anómalo.
Hantavirus
El hantavirus (VH) es una enfermedad zoonótica de tipo vírica emergente causada por un virus perteneciente a la familia Bunyaviridae y al género Hantavirus. Es una de las enfermedades que transmiten las ratas a los humanos más difíciles de detectar. La principal forma de contagio se da a través del contacto directo o inhalación de heces, orina y saliva de algunas especies de ratas y ratones que actúan como vectores para el agente patógeno
Los primeros síntomas son generales y pueden confundirse con otras enfermedades:
• Fiebre
• Dolores musculares
• Mareos
• Escalofríos
• Malestar generalizado
• Problemas gastrointestinales
Al igual que la leptospirosis, el hantavirus está asociado a la vulnerabilidad de algunas regiones, en especial con la deficiencia de saneamiento básico. Para prevenir el hantavirus, se recomienda reforzar los hábitos de higiene en las viviendas y sus entornos, evitando principalmente el cúmulo de residuos alimentarios que pueden atraer a las ratas.
Tularemia
La tularemia es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Francisella tulariensis que afecta principalmente a los roedores salvajes, como pueden ser los conejos, las liebre, las ratas almizcleras y las ardillas, pero que también puede ser diagnosticada en animales de compañía. Si bien la tularemia en los conejos sea la manifestación más conocida de la patología, también puede infectar a ratas domésticas, gatos, perros, y en más escasas oportunidades, a las personas.
En los seres humanos, la principal forma de contagio ocurre a través del contacto directo con tejidos y sangre de animales infectados. Pero eventualmente la tularemia también puede ser transmitida por la inhalación de materia vegetal o tierra contaminada, así como por la picadura/mordedura de garrapatas, mosquitos y moscas que se comportan como vectores para la bacteria. Los síntomas más frecuentes asociados a un cuadro de tularemia en los seres humanos incluyen:
• Fiebre
• Escalofríos
• Sudoración excesiva
• Irritación en los ojos
• Dolor de cabeza
• Dolores musculares
• Rigidez articular
• Manchas rojas en la piel
• Dificultad respiratoria
• Pérdida de peso
El tratamiento de la tularemia se basa en la administración de antibióticos para eliminar las bacterias y frenar el avance de los síntomas. El diagnostico temprano es nuevamente el mejor aliado para el éxito del tratamiento.
Peste bubónica
La Peste bubónica en una zoonosis bacteriana causada por bacteria Yersinia pestis que normalmente se aloja en el organismo de pequeños animales y parásitos, como las pulgas. En los seres humanos, la principal forma de contagio se da a través de las picaduras de pulgas infectadas que suelen parasitar a las ratas y los ratones. Pero eventualmente puede ser transmitida por el contacto directo con las secreciones de animales infectados, o bien por la inhalación o ingestión de materia orgánica infectada.
El cuadro clínico más frecuente en los seres humanos se caracteriza por la inflamación e hipersensibilidad de los ganglios linfáticos en las regiones de las axilas, cuello e ingles. Además, los siguientes síntomas también pueden aparecer en los casos de peste bubónica:
• Fiebre
• Escalofríos repentinos
• Dolor de cabeza
• Malestar general
• Dolores musculares
En casos más graves, la bacteria puede alcanzar el torrente sanguíneo, caracterizando un cuadro clínico llamado peste septicémica, que puede provocar fuertes dolores abdominales, sangrados, debilidad extrema y muerte súbita. Además, en ocasiones menos frecuentes, la bacteria puede avanzar a los pulmones, ocasionando síntomas como tos (que puede estar acompañada de sangre) y dificultad para respirar.
La peste avanza rápidamente en el organismo y, en la ausencia de un tratamiento adecuado, puede conllevar a la muerte del paciente en pocos días. Por ello, es esencial buscar atención médica al detectar algún síntoma para empezar rápidamente el tratamiento para la peste bubónica, que consiste fundamentalmente en la administración de antibióticos específicos. También es clave reforzar los hábitos de higiene para evitar la acumulación de materia orgánica y residuos que pueden atraer a los roedores, así como proporcionar una adecuada medicina preventiva a las ratas domesticas combatiendo la proliferación de pulgas y otros parásitos.
Toxoplasmosis
La toxoplasmosis es una patología transmitida por un protozoo de distribución mundial llamado Toxoplasma gondii. La transmisión hacia los seres humanos puede ocurrir de diversas formas si bien suele ser asociada a los gatos, la forma de contagio más común se da a través del consumo de agua y alimentos contaminados.
Los felinos son el principal huésped o reservorio del toxoplasma y también los únicos animales que pueden eliminar los ovocitos del protozoo en sus heces, pudiendo ser sus heces una vía de contagio para los seres humanos. Por lo general, suelen llevar en sus tejidos unos quistes viables de este protozoo.
Así mismo, son varios los animales que pueden cargar estos quistes del toxoplasma, como pueden ser los roedores, las aves de corral, las ovejas, las cabras y las vacas. Cuando una persona consume carne cruda o mal cocinada de algún animal infectado, estos quistes se activan y empiezan nuevamente su ciclo vital en el interior de su organismo. Además, la toxoplasmosis puede transmitirse de la madre al feto durante el embarazo.
Los principales síntomas de la toxoplasmosis en los seres humanos son:
• Inflamación de los ganglios linfáticos
• Dolor de cabeza
• Fiebre
• Dolor muscular
• Dolor de garganta
• Visión borrosa
En los individuos con baja inmunidad, como pueden ser las mujeres embarazadas o las personas con enfermedades crónicas ,la toxoplasmosis puede provocar también la aparición de mareos, convulsiones, inflamación en las retinas y confusión.
Cabe señalar que los felinos domésticos que viven en el interior del hogar, reciben una adecuada medicina preventiva y se alimentan de piensos industriales o comida ecológica con certificado de salud tienen muy baja probabilidad de infectarse con el protozoo toxoplasma.
Salmonelosis
Es una enfermedad zoonótica infecciosa muy conocida causada por bacterias del género salmonella. En especial por la Salmonella bongori y la Salmonela Typhimurium (o Salmonella enterica), siendo actualmente una de las patologías de transmisión alimentaria más comunes en todo el mundo, con más de un millón de personas afectadas de forma anual a nivel global.
La salmonela está presente de forma natural en el tracto intestinal de las aves y en sus huevos, así como en algunos reptiles. No obstante, la bacteria también puede sobrevivir en el organismo de diversas especies de roedores, entre ellas las ratas silvestres y domésticas. En los seres humanos, la principal forma de transmisión de la salmonelosis ocurre por vía oral, a través del consumo de agua o alimentos contaminados, por las heces de animales infectados, por la ingesta de huevos, carne cruda o carne mal cocinada. Pero la bacteria también puede ingresar al organismo humano por el consumo de comida en mal estado o por vía inhalatoria.
La salmonelosis puede ocasionar complicaciones gastrointestinales, manifestándose principalmente a través de los siguientes síntomas:
• Náuseas y vómitos
• Fiebre
• Escalofríos
• Calambres abdominales
• Diarrea
• Dolor de cabeza
• Deshidratación
• Sangre en las heces
El tratamiento de la salmonelosis se basa en la administración de antibióticos para combatir la bacteria patógena. En algunas ocasiones, se recetan analgésicos para controlar las molestias estomacales y, caso la deshidratación esté avanzada, se puede administrar suero al paciente. Para prevenir las infecciones por salmonela, es esencial adquirir alimentos (en especial huevos y carnes) que hayan superado todos los controles sanitarios pertinentes, preferiblemente en establecimientos debidamente certificados, así como lavar bien los vegetales y frutas antes de ingerirlos. La higiene de las manos antes de manipular los alimentos es una práctica fundamental para la prevención de enfermedades infecciosas del tracto gastrointestinal.
En caso de tener en el hogar ratas, roedores o aves como mascotas, es esencial asegurar que su comida no esté contaminada, proporcionarles una adecuada medicina preventiva y mantener una óptima higiene de su ambiente y accesorios, así como la del propio individuo.
Fiebre por mordedura de rata
La fiebre por mordedura de rata es una enfermedad infecciosa y de origen bacteriano que se transmite principalmente por las mordeduras de ratas y otros roedores infectados, como ardillas o comadrejas. La mayoría de los casos diagnosticados se asocian a la bacteria Streptobacillus moniliformis, y se alojan en la saliva, en las secreciones nasales y en la orina de las ratas.
La mordedura suele sanar rápidamente, pero en los 3 a 10 días que le siguen suelen aparecer los siguientes síntomas:
• Fiebre
• Escalofríos
• Vómitos y nauseas
• Diarrea
• Dolor de cabeza
• Dolor muscular
• Salpullido en la piel
• Inflamación en las articulaciones
• Abscesos
• Meningitis
• Neumonía
• Inflamación en el corazón
El tratamiento consiste en la administración de antibióticos, tras la detección del agente causante específico de la enfermedad. La mejor forma de prevención es reforzar los hábitos de higiene para evitar la proliferación de ratas en las viviendas en sus entornos, siendo también posible seguir algunos consejos para ahuyentar ratas. En caso de mordeduras por roedores, lavar bien la herida con agua y jabón neutro para, luego, buscar atención médica.
El tifus es una enfermedad infecciosa grave que puede estar causada por dos tipos de bacterias: Rickettsia typhi y la Rickettsia prowazekii. Es una de las enfermedades que transmiten las ratas a los humanos que mejor podrían prevenirse mediante una adecuada higiene. En la actualidad, se conocen dos tipos de tifus:
A. El tifus endémico, que puede transmitirse por ambas bacterias. Cuando está provocado por R. typhi, se transmite a los humanos por las pulgas que, antes, se alimentaron de la sangre de las ratas. En casos asociados a la R. prowazekii, los piojos actúan como intermediarios.
B. El tifus murino, que solo se transmite por la bacteria Rickettsia typhi y su principal forma de contagio se produce a través del contacto directo con las heces roedores de o por medio de picaduras de pulgas infectadas por los roedores. Eventualmente, también puede estar asociada a otros animales, como los mapaches, las zarigüeyas y los gatos.
Los síntomas suelen ser parecidos en ambos casos incluyendo las siguientes manifestaciones:
• Dolor abdominal
• Dolor de espalda
• Fiebre alta
• Erupción roja y no brillosa
• Tos seca
• Nauseas y vómitos
• Dolor de cabeza
• Dolor articular
• Dolor muscular
Al tratarse también de una enfermedad bacteriana, el tratamiento para el tifus se basa en la administración de antibióticos específicos. En casos más avanzados, el médico evaluará la necesidad de realizar terapia con oxigeno y líquidos intravenosos. Nuevamente, la mejor medida preventiva es mantener una óptima higiene en el hogar y en los entornos más próximos, así como brindar una adecuada medicina preventiva a los animales de compañía, en especial si se decide adoptar a una rata como mascota.
Parásitos internos
Los parásitos internos pueden perjudicar severamente nuestro bienestar, además de provocar numerosos problemas de salud. Al igual que la mayoría de los animales, las ratas pueden verse afectadas por parásitos intestinales, como las tenias y los gusanos. Si no tomamos las medidas pertinentes, estos parásitos también pueden afectar a las personas y a otros animales que conviven con los roedores.
La tenia es el principal parásito intestinal que las ratas pueden transmitir a los seres humanos, principalmente a través del contacto con heces infectadas por sus huevos. Al penetrar en el organismo de los humanos, las tenias suelen desarrollarse amplia y rápidamente, pudiendo conllevar a deficiencias nutricionales, pérdida de peso y apetito, anemia y anorexia en casos más graves.
Parásitos externos
Cerramos el artículo de las enfermedades que transmiten las ratas a los humanos hablando de los ectoparásitos, como las pulgas, los ácaros y las garrapatas, pueden actuar como vectores de numerosas enfermedades, algunas de las cuales ya fueron mencionadas en este artículo. También pueden provocar alergias, problemas dérmicos o sarna entre otras complicaciones.
Por ello, al decidir adoptar a una rata como mascota, es esencial evitar la proliferación de parásitos internos y externos, reforzando los hábitos de higiene en el ambiente y especialmente en la jaula del roedor, además de consultar a un veterinario especializado sobre las posibles formas de desparasitar a un roedor. También se aconseja la realización de consultas veterinarias preventivas cada 6 meses para verificar su estado de salud de tu rata doméstica.
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