Madrid, abril 2021.- Con el aumento de las temperaturas, han comenzado ya a aparecer los primeros ejemplares de procesionaria en los pinos.
Este insecto está ampliamente extendido por toda España y, pese a su pequeño tamaño, acumula una devastadora capacidad para destruir los árboles donde anida y generar fuertes reacciones alérgicas tanto en personas como en animales.
La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) a través de una nota de prensa advierte de que, debido a que muchos tratamientos se han visto suspendidos por las limitaciones de la COVID-19, este año es posible que se incremente su presencia con todos los riesgos añadidos que esta plaga puede llegar a generar.
Además, las restricciones en el uso de los productos biocidas que se venían empleando para el tratamiento de la plaga de procesionaria han dejado un único tratamiento posible: la endoterapia.
Fuentes:
Según el anuncio de Anecpla, esta primavera se espera un incremento en las poblaciones de procesionaria del pino por dos motivos. Uno está relacionado de lleno con la pandemia. El otro no.
El primero se debe a que durante la pandemia se han suspendido muchos de los tratamientos que habitualmente se hacían en los pinares.
El segundo motivo por el que esta temporada puede ser mucho más preocupante responde a las restricciones impuestas en lo referente a métodos de desinfestación.
La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) es una especie de lepidóptero defoliador.
Abunda en bosques de pinos de Europa del Sur, Asia Menor y Norte de África y también ha sido introducida en algunas zonas de América del Sur. Es considerada como el insecto defoliador más importante de los pinares de España. Puede alimentarse de todas las especies de los géneros Pinus, Cedrus y Abies, pero prefieren los pinos como el pino laricio.
Las orugas (larvas) están cubiertas de pelos urticantes que se desprenden y flotan en el aire, por lo que pueden provocar irritación en oídos, nariz y garganta en los seres humanos, así como intensas reacciones alérgicas. La sustancia que le confiere esta capacidad urticante es una toxina termolábil denominada Thaumatopina.
Thaumetopoea pityocampa tiene un desarrollo de tipo holometabólico, con fases de embrión (huevo), larva (oruga), pupa e imago (adulto/mariposa).
Los individuos adultos (imago) en forma de mariposas se aparean en verano. La hembra pone sus huevos la misma noche del apareamiento, sobre las copas de los árboles, o donde consideran más oportuno formando puestas muy características en forma de espiral alrededor de una o dos acículas. Cada puesta puede contar con entre 100 y 300 huevos que la hembra protege mediante la colocación de escamas de su propio cuerpo.
Entre 30 y 40 días después nacen las larvas (generalmente en los meses de septiembre-octubre). Pasarán por cinco estados larvarios que en zonas frías pueden llegar a durar hasta ocho o nueve meses.
Inmediatamente después de eclosionar los huevos, las larvas empiezan a alimentarse de las acículas de los árboles, produciendo su defoliación. Desde el primer estadio larvario, las colonias de orugas construyen conjuntamente pequeñas bolsas de seda en las partes más soleadas del árbol, para protegerse del frío invernal.
Las orugas tienen comportamiento social y gregario, de modo que durante toda su vida larvaria establecen interacciones cooperativas normalmente con sus hermanas de puesta. También de forma general, desarrollan toda su vida larvaria sobre un mismo árbol, y solo lo abandonan para hacer la procesión de pupa o bien para buscar un pino contiguo si han agotado la totalidad de las acículas del pino donde nacieron.
En el quinto estadio larvario las orugas son tremendamente voraces.
Tras alimentarse durante unos 30 días, entre febrero y abril, es decir, al final del invierno, las orugas en esta última fase larvaria descienden al suelo, en características filas indias (de ahí su nombre común de "procesionarias"). Lo hacen así de manera que se protegen mutuamente la cabeza, que es el alimento de muchos pájaros, de esta forma quedan protegidas unas por otras.
Finalmente se entierran en el suelo, donde pasan a la fase de pupa o crisálida.
La influencia de las temperaturas sobre el ciclo biológico de la procesionaria se ve reflejada en los siguientes umbrales:
- Umbral superior: A temperaturas superiores a 30 °C desaparece el comportamiento gregario y las orugas abandonan las colonias. A partir de los 32 °C se produce la muerte de las larvas.
- Umbral de desarrollo: Entre 10 y 20 °C, las orugas siguen alimentándose y construyendo el bolsón, pero no crecen ni se desarrollan, por lo que la 4ª fase larvaria puede prolongarse hasta 4 o 5 meses. Cuando la temperatura dentro del bolsón supera los 20-25 °C, las orugas se vuelven activas y se desarrollan normalmente.
- Umbral de actividad: Temperaturas inferiores a los 10 °C en el interior del nido detienen la actividad de la colonia. Cuando las noches son muy frías, las orugas salen a alimentarse durante el día.
- Umbral inferior: Por debajo de –12 °C pueden morir colonias enteras.
La endoterapia es un tratamiento consistente en inyectar el biocida directamente en el sistema vascular de los pinos. Así, se distribuye junto a la savia por todo el árbol, aumentando su rango de acción contra la procesionaria. Es un método eficaz y respetuoso con el medio ambiente, que además mantiene a salvo a otros animales
“La endoterapia es una técnica de control de la procesionaria del pino que, si bien es muy efectiva y respetuosa con el medio ambiente, su coste constituye un factor limitante para el tratamiento de grandes masas arbóreas. Ahora mismo, a las puertas de la primavera y con las temperaturas en ascenso, nos encontramos al límite de esta temporada. Una vez rebasado este momento la procesionaria comenzará su descenso por los troncos de los árboles con todo el riesgo que su presencia conlleva”, advierte la directora general de ANECPLA, Milagros Fernández de Lezeta.
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El tratamiento de procesionaria del pino, aplicado por parte de los profesionales de Desinfecciones Unión, asegura la extinción de las plagas en los pinos.